"Me gustó siempre hablar de arquitectura como divertimento; si no se hace alegremente no es arquitectura. Esta alegría es, precisamente, la arquitectura, la satisfacción que se siente. La emoción de la arquitectura hace sonreir, da risa. La vida no". Alejandro de la Sota, 1989

17 jun 2020

Josep Puig Torné, arquitecto

Apartamentos París, Salou, 1965

Josep Puig Torné
Sarral, Tarragona, 9-12-1929 - Barcelona, 3-6-2020



El pasado 5 de octubre de 2019 Josep Puig Torné asistió a un acto donde se colocó una placa informativa DOCOMOMO (un organismo que vela por divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno) en una de sus obras de Salou (Tarragona), los apartamentos París de 1965. 

A punto de cumplir 90 años, con lucidez y con la misma humildad y generosidad que marcó su larga carrera profesional de más de cinco décadas, el encuentro se convirtió en un merecido homenaje a este artesano de la arquitectura, heredero de una sólida tradición mediterránea. 

Puig Torné se tituló como arquitecto en la ETSAB en 1957, justo cuando el fuerte crecimiento económico del periodo ‘desarrollista’ empezaba a tener sus primeras consecuencias en la práctica diaria de la arquitectura española. Aunque todavía era un arquitecto joven, la formación recibida en la Escuela de Barcelona había sido rica en acontecimientos. Hemos de tener en cuenta que sus años universitarios coincidieron con momentos de gran agitación arquitectónica, principalmente impulsados por la actividad del Grup R (1951-1961). La actitud del grupo, opuesta a la arquitectura académica y a favor de la arquitectura moderna, influirá de forma decisiva en su obra posterior. 

Tras una breve etapa como arquitecto municipal del Ayuntamiento de Barcelona, donde participó en la planificación del Polígono Sudoeste del Besòs, en 1958 recibió el encargo de proyectar una urbanización en la Costa Brava. Así fue como emprendió su destacada trayectoria profesional, marcada inicialmente por su decisiva e intensa colaboración con el arquitecto Antonio Bonet Castellana (1913-1989). “Fue debido a mi inexperiencia en temas turísticos por los que pedí la colaboración de Antonio Bonet para unas grandes obras en Platja d´Aro y Sant Antoni de Calonge.”

Carta a Bonet (1958) y estructura del Centro comercial "Politur"de Platja d´Aro (1963)

A través de una emotiva carta, Puig Torné pedía consejo al prestigioso arquitecto de Punta Ballena y la Solana del Mar, que por aquel entonces todavía residía y trabajaba en Argentina. Ambos se asociaron en 1959, abriendo un estudio en Barcelona, tras recibir numerosos encargos en la costa catalana. Josep Puig Torné se convertiría desde ese momento en una figura clave durante el proceso de retorno de Bonet a España.

Hasta 1963 –mientras Bonet recuperaba su reconocimiento oficial como arquitecto– los primeros proyectos en la Costa Dorada y Costa Brava: la Urbanización de Nuestra Señora de Núria (1959), la casa Van der Veeken (1961), los apartamentos Chipre (1960-62), los apartamentos Reus (1961), los apartamentos Madrid (1961-62), los apartamentos Cala Viña (1961-62), los bungalows Núria (1962), el snack-bar y vestuarios “Cala Crancs” (1961-62), el Complejo turístico “Politur” en Platja d’Aro (1961-63), etcétera, presentaban toda una nueva gama de formas, cualidades, conceptos, ambientes, totalmente nuevos “realizados sin ningún tipo de retención, ni ideas preconcebidas, ni imitadas”.

Proyectos en el Cap de Salou (1959-1963) realizados junto a Antonio Bonet

Su primer éxito conjunto fue la Casa Rubio en Salou, una obra iniciada en 1959 y construida entre 1960 y 1962, que conectó a los arquitectos con los promotores de los planes para La Manga del Mar Menor (Murcia). También proyectó y construyó con Bonet el edificio Renault de Tarragona (1964), el Canódromo Meridiana en Barcelona, obra que recibió el premio FAD 1963 y el edificio Mediterráneo (1960-63). Este último se presenta como un manifiesto que intenta una reinterpretación del Plan Cerdà y una relectura de las propuestas del GATCPAC para el ensanche barcelonés.
Casa Rubio, Salou, 1959-1962


Canódromo Meridiana (FAD 1963), edificio Mediterráneo (1960-63) y edificio Renault(1964)

En 1964, Puig Torné abandonó el despacho de Antonio Bonet para asociarse con Josep M. Esquius Prat (Manresa,1939), un arquitecto que colaboraba con ellos desde que era estudiante. La urbanización Mirador (1964) y los apartamentos Buen Retiro (1965) en Salou, el Hotel Ducal de Montblanc (1967) o el edificio Cadesbank de Tarragona (1968) serán algunos de sus primeros trabajos. La colaboración con Esquius hasta el año 1982 y, más tarde, con su hija Elisa Puig, nos dejaran una importante y heterogénea producción repartida a lo largo de todo el país: Barcelona, Madrid, Mallorca, Sallent, Montblanc, Súria, la Seu d’Urgell, Organyà, Manresa, … o la prolífica obra andorrana de los años 70 y 80, donde proyectó una docena de edificios entre los que destacan la sede del Gobierno de Andorra (1980-87) y la Fundació Clara Rabassa (1988) ; además de su breve y “accidentada” incursión norteamericana, donde llegó a construir la sede del International Bank of Miami Beach. 

A lo largo de esta extensa y fecunda actividad constructora, Puig Torne abordará la arquitectura como un proceso constructivo, guiado por la experiencia, la racionalidad, la seriedad y el control de todas sus fases. Otra característica relevante de su trabajo será la búsqueda de una la síntesis entre arquitectura, arte y diseño que aportará a sus obras un cromatismo inédito sobre el contexto donde se ubican. Buena muestra de ello son la sede barcelonesa del diario Tele/eXprés (1965-67), realizado con la colaboración del escultor Josep M. Subirachs; la Iglesia del Pare Claret de Sallent (1966) con el artista Josep Grau Garriga; o la primigenia Capilla del Convento de la Sagrada Familia en la Seu d’Urgell (1959-60) proyectada con Josep Miquel Serra de Dalmases y donde participaron artistas de la talla de Tomás Bel (esculturas), José M. Blay y Gerald Henderson (vidrieras) y Matías Palau Ferrer (escultor-ceramista).


Capilla del Convento de la Sagrada Familia en la Seu d’Urgell (1959-60)

Detalles Edificio del carrer Aribau-Bon Pastor (1972) y diario Tele/eXprés (1965-67)
J.Esquius y J. Puig Torné. Frisos de hormigón del escultor Josep Maria Subirachs


Ahora bien, para conocer mejor la personalidad de Josep Puig Torné, es imprescindible visitar Sarral, el seu poble. Sólo hay que dar una vuelta por sus calles y plazas para descubrir y entender su evolución profesional reflejada en sus obras: la casa rectoral, el ayuntamiento, pabellón municipal, el parque de bomberos, el pabellón deportivo y tantas otras obras de carácter particular. Sin embargo, de todas ellas será la reconstrucción de la ermita dels Sants Metges (Sant Cosme i Sant Damià) la que se convertirá en la obra más emblemática y querida por Puig Torné. Desde la esencia del pasado, de sus formas, de sus materiales, de sus técnicas, el arquitecto recabó la información necesaria para recuperar un edificio que acabará definiendo la esencia del lugar y la de todo un pueblo. De la nueva ermita, inaugurada el año 1970, destaca la portada frente a la plaza, con su gran reja vidriada realizada por Grau Garriga, usando herramientas del campo ofrecidas por los vecinos, y con algunos puntos de vidrio de color, que refuerzan aún más el aire popular y local.


Planta y vistas de la ermita dels Sants Metges, Sarral (1966-1970)

La obra de Josep Puig Torné, conservada desde el año 2014 en el archivo histórico de la Demarcació de Tarragona del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, pertenece ya a la mejor historia de la arquitectura catalana de la segunda mitad del siglo XX. Una arquitectura no excesivamente tecnificada, de proyectos elaborados con la máxima dignidad y pasión por el trabajo bien hecho. Una forma de entender el oficio de arquitecto, tal vez hoy, condenado a desaparecer.

Confío en que estas notas apresuradas sirvan para acercarnos a su persona, y para reconocer su importante aportación a la recuperación de la modernidad en la arquitectura de nuestro país. Tengo que concluir, a nivel personal, dándole las gracias a Josep por aquellas conversaciones que pude mantener con él, llenas de sensatez, amabilidad y formas exquisitas … recordeu que l´arquitectura, la bona arquitectura mai ha d´anar fermada, l´acte de la creació arquitectònica necessita llibertat, amor i … bona voluntat per part de tothom!!! 


Jordi Guerrero, arquitecto
5-6-2020






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